viernes, 19 de agosto de 2011

Juiciocilla Julietilla.


Por Miguel Ángel Pérez
Juiciosa chica de 21 años.
Una  mujer centrada y reservada.
Le gusta pasar el tiempo en su casa en compañía de un buen libro.
Incrédula en cuanto a las cuestiones del amor.
Espera llevar una vida productiva haciendo creaciones literarias.
Tuvo una tragedia familiar… la peor de su vida, un diciembre se llevó a su tío preferido.
A
ma la universidad. Su día más feliz fue cuando entró a ella.

Con un tipo de acróstico resumo lo que la compañera Julieta me comentó acerca de ella en la clase, donde debíamos compartir datos de nuestra vida a un colega que posteriormente escribiría un crónica con esa información que entregábamos al otro. No muchos sucesos grandes ni aventuras salieron de la boca de Joanna Julieta que se limitó a darme un sencillo panorama de su  vida como para hacer con ello una pequeña bibliografía, con gustos y disgustos, como que no le gusta levantarse temprano y que le encanta dormir, como que le fascina el chocolate y que su genio no es tan tolerante cuando se siente incomodada. Además confesó que en poco cree en el amor, y al instante se abrió un pequeño debate sobre si existía o no o cómo saber cuándo se estaba enamorado, y ello me hizo comprender un poco la mentalidad de la compañera a la que me tocaba analizar para llevar su mundo a la literatura.

Anduvimos en la clase comentando acerca de nuestras vidas y lo que en ellas acontecía de fabuloso para poder hacer nuestros escritos y así sacar una buena nota. Ah claro, y practicar aquello de la redacción de crónicas. Yo comentaba a Joanna  varios sucesos tristes que habían acontecido en mis vacaciones, le había confesado que creía en el amor y amaba a mi prometida intensamente. Joanna me miraba un poco incrédula y me preguntaba cómo hacía yo para identificar si lo que sentía era amor. Le intenté explicar con palabras que ya ni me acuerdo. En todo caso La expresión del amor surge de diversas maneras, con diversas palabras; además no hay que echarle tanta mente al asunto. Al parecer mi compañera pensaría que yo no le hecho mente a nada porque en un momento de la conversación me dijo “ush pero es que usted es muy relajado”. Bueno ella llevaba en su mente el concepto de que yo era muy desjuiciado  y yo en mi mente el que ella era no era nada relajada en el asunto de la academia y, tal vez, mucho menos en los asuntos amorosos en los que mostró su desconfianza.

Quería saber yo si mis  preconceptos acerca de Julieta eran correctos, entonces comencé a plantear posibles hechos que una persona desjuiciada llevaría a cabo. Surgió entonces lo  que no me esperaba… en un concierto de su cantante favorito, ella saldría con unos desconocidos, acamparía toda una noche y no le importaría si sus acompañantes llevan alucinógenos, con tal de que no la indujeran a ella. Bueno, y yo que pensaba que ella prefería quedarse en su casa escuchando al menos el concierto por televisión, porque ella con vagos nada que ver. Pero ya sé que Julieta no es extremadamente cautelosa y juiciosa como pensaba yo. Ella simplemente es reservada. Que si no me confesó muchos detalles de su vida es porque ella no quiere intimar demasiado con el lector ya que no sabe cómo el escritor maneje los datos que le son entregados.

Los preconceptos nos llevan a ideas cerradas sobre las demás personas. Pensaba antes que la compañera que tenía frente a mí era amargada; pero, si bien su genio no es el mejor, el término que yo aplicaba a ella no era acorde a su ser, y tal vez facebook me ayudó a comprender un poco, porque eso sí, anduve investigando por esta red social un poco más sobre Julieta, y descubrí que en un momento de su vida ella tuvo un periodo de soledad que inundó su corazón, ciertas frases alusivas al amor y un desencantamiento de este en el pasado la llevaron a ser reservada con lo que comentaba, ese guardado que escondía de las garras de alguien que escribiría acerca de ella, expectante por encontrar eventos que parecieran increíbles para sacarles el jugo en la crónica, me hicieron comprender que Julieta era muy cautelosa al momento de socializar con alguien,   pero no por este hecho ella tenía que ser amargada. Hay personas que, como yo, hablamos a todos sobre nuestros acontecimientos e infortunios; hay otros que no. Como Joanna Julieta Moreno Hernández, la compañera juiciosa de la clase que siempre cumple con los deberes, a esa que  eligen en ocasiones para que se encargue de asuntos para con el grupo, la  que vive pendiente de los quehaceres, esforzándose por hacerlos todos y bien hechos, la chica que vive su vida sin ser osada pero que sanamente la disfruta. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario